domingo, 7 de octubre de 2012

Gasto Público


Son los gastos que realizan las entidades pertenecientes al sector público, incluyendo al estado y sus organismos autónomos. Su cantidad se ve reflejada directamente en la carga impositiva.

El gasto público busca cubrir las necesidades colectivas que no puedan ser dejadas a cargo de privados debido a su carácter no excluyente. Un ejemplo sería la administración de la justicia, la que debe ser manejada de manera imparcial y ser igual para todas las personas; de otro modo, se vería viciada por conflictos de interés y podría no aplicarse por igual a todas las personas. También busca equiparar la distribución de la riqueza dentro del país y mantener estable el nivel de precios, además de velar por la persecución de un mayor grado de crecimiento o desarrollo económico.


La organización de las Naciones Unidas (ONU) organiza los tipos de gasto público en 5 rangos de acuerdo a sus funciones:

1.- Generales: Defensa, justicia y administración general.

2.- Comunales: Redes de transporte, comunicación, abastecimiento de agua, saneamiento y catástrofes.

3.- Sociales: Educación, sanidad, seguridad social y otros.

4.- Económicos: Agricultura y recursos no minerales y minerales, combustible y energía, industria manufacturera y construcción.

5.- No clasificables: deuda pública y transferencias internas.

Gasto público en Chile
En la actualidad gira en torno al 22% del PIB, habiéndose mantenido prácticamente igual desde la década del 80, donde giraba en torno al 23%. Este número aparece como relativamente bajo teniendo en cuenta el nivel de desarrollo del país, ya que el gasto público suele aumentar a la par con el desarrollo.

Dentro de esto, el país muestra, en comparación con el gasto público de los países desarrollados, una carencia de gasto en las áreas de educación, capacitación de la fuerza laboral e investigación.

El domingo 30 de septiembre, el presidente Sebastián Piñera dio a conocer en cadena nacional los aspectos del presupuesto 2013 que será enviado al congreso. Entre los aspectos destacados está la inversión de 
1.200 millones de dólares en educación, que corresponde a un aumento del 9,4%. En el área de la salud, se contempla la construcción de 8 nuevos hospitales, 58 consultorios y centros de atención familiar y el énfasis de salud en regiones.

Por otro lado, en el área de seguridad ciudadana, el presupuesto contempla el aumento de los efectivos de carabineros y policía de investigaciones, ampliación del plan cuadrante y programas de rehabilitación para drogadictos, mientras que en el tema de desigualdad y lucha contra la pobreza, se busca llevar a cabo la creación del Ministerio de Desarrollo Social y la ampliación de la carretera Austral como reforma en infraestructura.

 El presupuesto fue criticado, tanto por políticos de oposición como por partidarios del gobierno, en su arista más complicada: la inversión en educación, a pesar de ser cuantiosa, fue criticada por ser inferior a lo esperado.

La ley de Wagner: Antes, después y ahora

Adolph Wagner, economista Alemán, planteó que el crecimiento del gasto público de un estado va en directa relación con su desarrollo económico y social; en definitiva, al aumento del bienestar de la sociedad, producido por su industrialización. De esta forma, el rol del estado como inversionista crece a medida que va guiando y empujando el progreso de una economía.

Estos postulados los plantea Wagner en base a sus observaciones del desarrollo de las economías industrializadas de fines del siglo XIX y comienzos del XX, notando como va aumentando la intervención del estado a medida que una economía crece.

Al estar basada en la observación. la tesis de Wagner, , se adecuó efectivamente a su época, pero quizás resulto fallida a largo plazo, ya que las economías europeas que en ese momento comenzaban a industrializarse, más tarde derivaron en potencias imperialistas, cuyo desarrollo estaba basado en un mercantilismo acérrimo, en el que la intervención estatal no era común; en su lugar, se buscaba abrir la economía y dejar su desarrollo a nivel mundial, a la vez que los cambios sociales se buscaban subsanar, con medidas como el impulso a la inmigración a las nuevas colonias, funcionando de válvula de escape para los crecientes excesos demográficos.

Posteriormente, la ley de Wagner tal vez pudo haber predicho adecuadamente el funcionamiento de los gobiernos totalitarios, caracterizados por su fuerte presencia y control estatal.

En la actualidad, la ley parece hacer sentido, debido principalmente a los modelos a seguir de los países escandinavos, en los que la calidad de vida de los ciudadanos es en gran parte debido al amplio gasto público (cifra), realizado a la par con su desarrollo económico.

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