La educación puede ser definida como el proceso multidireccional de socialización que recibe un individuo a lo largo de su vida por el que asimila conocimientos y prácticas sociales.
Impartida a lo largo de las distintas etapas del desarrollo de una persona, es junto con la formación básica entregada por la familia, la principal forma de inserción en una sociedad y una suerte de manual de comportamiento adecuado y fructífero dentro de esta.
Existen 3 tipos de educación:
-Formal: Institucionalizada y orientada en torno a un currículo oficial (educación primaria, secundaria y universitaria)
-No formal: Programas de educación no regidos por un currículo oficial (cursos, academias)
-Informal: Formación espontánea y continua asimilada durante la socialización.
El desarrollo hace referencia a la capacidad de un país para generar y mantener la prosperidad económica y social de sus habitantes, impulsado por las políticas públicas.
En su medición se ven implicados una serie de indicadores como la inversión, tasas de interés, nivel de consumo, políticas gubernamentales y políticas de fomento del ahorro.
Estableciendo una relación entre estos dos conceptos, podemos mencionar que luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la definición y concepto de desarrollo ha sido revisada y ampliada en su definición, dejando de estar centrada y regida en su totalidad por indicadores netamente económicos y se comenzó a tomar en cuenta también aspectos de carácter social, como la equidad en la distribución de los ingresos, la calidad y acceso general a la salud y el aumento del nivel cultural de la población.
En resumen, la búsqueda del crecimiento de todas las partes de la sociedad a la par como un sistema integrado y dependiente entre sí, mediante el adecuado desarrollo del capital humano y las instituciones.
Para lograr este objetivo, la educación tiene un rol central al servir como el medio por el cual se avanza hacia un adecuado funcionamiento de las distintas instituciones sociales, además de beneficiar directamente a la producción de bienes y servicios debido a la especialización, proceso mediante el cual un país hace uso de forma más eficiente e inteligente, de los recursos a su disposición, como lo es la mano de obra, tecnología y materias primas.
De todas formas, la educación, y de pasó, la inversión en esta, presenta a gran escala un costo de oportunidad no menor: un país que centre gran parte de su inversión pública en educación, en tanto mejorarla, lo más probable es que haya desviado recursos que podrían servir para aumentar la producción o los medios para esta.
De esto se desprende que la inversión en educación viene a representar una de las dos partes en la discusión de invertir a corto o largo plazo. Mientras que inyectar capital a las empresas y aumentar su volumen de producción pueda aumentar considerablemente los ingresos de esta (y de la mano con esto, mayor recaudación estatal), la inversión en educación busca tener mano de obra más calificada a futuro y mayor cantidad y variedad de especialistas.
Pero, analizando fuera de la esfera económica, la inversión en educación también conlleva un efecto colateral: el formar a ciudadanos más consientes, cultos y en fin, civilizados, que puedan ver lo bueno y lo malo en las instituciones, servicios y políticas de las que disponen y puedan perfeccionarlas, además de funcionar de manera más armónica en sociedad.
Hacemos hincapié en el concepto de educación por el presente que vive nuestro país debido a los llamados de la gente hacia el estado para modificar los estatutos de la educación orientada hacia una calidad educación que esté acorde con el desarrollo de nuestro país y con el progreso del continente.
Por eso que hoy, nos referiremos a un caso especial de un país que posee una de los sistemas educativos más desarrollados del mundo, Suecia. Gracias a una buena gestión como nación podemos mencionar ahora este ejemplo a seguir en nuestra educación.
Gracias a su sistema educativo bien desarrollado, tiene uno de los índices de alfabetización más altos en el mundo, con un 99%. Los niños entre uno y seis años tienen garantizado un lugar en un colegio preescolar público (en sueco: förskola o, coloquialmente, dagis). Entre los siete y quince años de edad los alumnos ingresan a la escuela primaria y secundaria, las cuales son obligatorias. Los estudiantes suecos de quince años ocupan el 22° lugar en el Informe PISA, al igual que dentro de los países miembros de la OCDE.
Después de completar el noveno grado, cerca del 90% de los graduados continúan sus estudios por tres años de educación media superior(gymnasium); al terminar esta, los alumnos están calificados para conseguir un empleo o para realizar una solicitud de ingreso a la universidad. El país posee gran variedad de universidades y colegios, aunque a menudo el Instituto Karolinska, la Universidad de Uppsala, la Universidad de Lund y la Universidad de Estocolmo son citadas como las instituciones educativas más prestigiosas.
Universidad de Estocolmo. Suecia
El sistema escolar es en gran parte financiado con los impuestos. Cualquier ciudadano puede establecer una escuela sin ánimo de lucro y el gobierno municipal debe abonarles el mismo monto que obtienen las escuelas municipales, sin realizar discriminaciones en la distribución de los cheques escolares. Este sistema data de 1992 y fue tomado de la política escolar de los Países Bajos. Como en otros países europeos, el gobierno también subsidia el intercambio de alumnos de origen extranjero que buscan un título en las instituciones suecas.
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